La salud mental en primer plano

How are you, really?

La salud mental ha saltado al primer plano. Durante casi dos años, el coronavirus ha acaparado todos los focos, pero casi de forma inesperada las enfermedades mentales han comenzado a ser debate entre la sociedad, los medios de comunicación y también en el Congreso. Un ejemplo de ello lo podemos ver en la aprobación del Plan de Acción 2021-2024 Salud Mental y COVID-19 o en agosto del año pasado, cuando la atleta olímpica Simone Biles dio un paso atrás en la competición para tratar sus problemas de ansiedad.

Unos gestos que ayudan a aterrizar una realidad que está ahí, pero de la cual todavía no se sabe mucho o nos mostramos reticentes a ello.

Hablar de Salud Mental tiene muchas vertientes, pero entre todas ellas, la depresión es una de las más comunes. Esta patología afecta cada vez a más personas, no discrimina por edad o sexo, limita a la persona y dificulta el poder revertir la situación de forma independiente.

Hoy, 13 de enero, es el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un día que merece especial atención ya que en muchas ocasiones la depresión choca con la incomprensión de la sociedad, que confunde esta enfermedad con un “simple estado de tristeza”. Según la Fundación ANAED el miedo o la vergüenza a acudir a un especialista son limitaciones que impiden la consulta con un profesional y por la cual se podrían evitar el 80% de los casos.

Estas limitaciones hacen que hoy en nuestro país más de 2,1 millones de personas padezcan depresión, y de ellas 230.000 sean en estado grave, según la Encuesta Europea de Salud en España 2020.

Este trastorno mental se caracteriza por un estado de ánimo bajo y sentimientos de tristeza, pero también por alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del pensamiento. Al mismo tiempo puede causar ansiedad, insomnio, pérdida de apetito o falta de interés y/o placer.

Una enfermedad que no solo afecta al estado mental y físico, sino que alarga su influencia a las actividades laborales, escolares o familiares.

Afortunadamente frente a la depresión existen tratamientos que permiten a la persona controlar esta enfermedad y con el tiempo reducirla a mínimos. Al tratarse de una enfermedad compleja, se pueden integrar diversas técnicas, tanto la terapia psicoterapéutica como la psicofarmacológica. Es decir, la visita a un profesional, como un psicólogo o psiquiatra, junto con la receta de fármacos. La elección de las técnicas de tratamientos se basará siempre en el diagnóstico adecuado y en criterios técnicos.

A pesar de ello en España nuestro SNS está infra capacitado para atender a esta y otras enfermedades mentales ya que el número de psicólogos en él no llega a 6 por cada 100.000 habitantes (la recomendación es 18), y las listas de espera varían entre 27 y 71 días por comunidad.

Unos datos que deben variar para responder a la importancia que está cobrando la Salud Mental y a la reivindicación que se hacen en días como el de hoy. Para lograrlo los asuntos públicos han demostrado ser una herramienta muy oportuna ya que gracias a ellos se consigue elevar el debate hasta las esferas con poder de decisión. Contar con una persona o equipo de public affairs permite tomar el pulso al debate actual, anticiparse a sus demandas y trazar líneas estratégicas que permitan tanto responder como reforzar el posicionamiento en el nuevo escenario que se demanda. 

Gracias a estas reivindicaciones y a los asuntos públicos conseguiremos que nuestro sistema sanitario comience a dar un soporte total y de calidad a la Salud. Porque nuestra Salud, con mayúsculas, es la física y también la mental.

Iñaki Echeverría

Consultor de Relaciones Institucionales y Comunicación de LEVIN Institutional Health Affairs

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